Decenas de miles de rusos se manifestaron el fin de semana en Moscú y
otras ciudades en las manifestaciones más grandes que se hayan visto
Rusia en más de una década. Los manifestantes expresaron su indignación
por el fraude electoral que se cree tuvo lugar en las últimas elecciones
parlamentarias y exigen la renuncia de Vladimir Putin como primer
ministro y como presidente del partido Rusia Unida. "Creo que lo que la
gente en Rusia quiere es lo mismo que la gente en EE.UU. y Europa
Occidental dan por sentado", dice Luke Harding, premio
como corresponsal en el extranjero del periódico The Guardian de
Londres. "Sólo quieren elecciones limpias. Quieren medios de
comunicación reales y más claros que escuchen las voces de la oposición,
gente crítica que actualmente está prohibida en la televisión estatal.
Quieren un paisaje político más plural". Harding fue expulsado de Moscú a
principios de este año después de haber utilizado los cables
diplomáticos clasificados publicados por WikiLeaks para informar sobre
la acusación de que Rusia, durante el gobierno de Putin, se había
convertido en un "Estado mafioso virtual". Harding acaba de publicar un
nuevo libro sobre su experiencia, _Mafia State: How one reporter became
an enemy of the brutal new Russia (Un Estado mafioso: cómo un periodista
se convirtió en enemigo de la brutal nueva Rusia).
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